Después del fiasco de la aplicación de juegos, otra controversia en torno a Ducky Bhai está circulando.
Un agente inmobiliario ha afirmado que la casa que mostró como propia no está comprada, sino alquilada por 4 lacs al mes.
El problema no es si puede permitirse comprar, sino por qué eligió presentarlo de esta manera. Ducky sabe que su mayor audiencia son los adolescentes jóvenes. Entiende sus sueños: casas grandes, coches de lujo, un estilo de vida "perfecto". Y juega directamente con esas emociones.
No se trata solo de mostrar una casa. Se trata de crear una ilusión de éxito tan poderosa que hace que las personas comparen su realidad con la de él. Ese sentimiento de "no tengo esto" es lo que los mantiene enganchados.
Esta es la verdadera economía de los influencers: no vender contenido, no vender valor, vender emociones. Y a menudo, esas emociones se basan en hacer que la audiencia se sienta inferior.
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Después del fiasco de la aplicación de juegos, otra controversia en torno a Ducky Bhai está circulando.
Un agente inmobiliario ha afirmado que la casa que mostró como propia no está comprada, sino alquilada por 4 lacs al mes.
El problema no es si puede permitirse comprar, sino por qué eligió presentarlo de esta manera. Ducky sabe que su mayor audiencia son los adolescentes jóvenes. Entiende sus sueños: casas grandes, coches de lujo, un estilo de vida "perfecto". Y juega directamente con esas emociones.
No se trata solo de mostrar una casa. Se trata de crear una ilusión de éxito tan poderosa que hace que las personas comparen su realidad con la de él. Ese sentimiento de "no tengo esto" es lo que los mantiene enganchados.
Esta es la verdadera economía de los influencers: no vender contenido, no vender valor, vender emociones. Y a menudo, esas emociones se basan en hacer que la audiencia se sienta inferior.