Sobrepensar el futuro es lo mismo que matar el yo del presente.
Las palabras aún no han salido, pero ya se han representado miles de veces; el cuerpo no se ha movido, pero en el corazón ya se han superado montañas. No se ha logrado, la ilusión del sufrimiento y la tristeza no se despliega. Las cosas ya han terminado, pero el pasado sigue actuándose en la mente. Nacemos para alegrarnos a nosotros mismos, y no para estar atrapados por los demás. Las mil penurias que representas en tu mente son solo ilusiones que nunca sucedieron; lo que crees que es una profunda reflexión, en realidad es el uso de la ilusión para agotar el presente.
El "Dao De Jing" dice: "Alcanza lo vacío extremo, mantén la tranquilidad profunda". La preocupación excesiva por el futuro es precisamente una desviación de esta calma vacía; la sombra del futuro aún no se ha formado, pero ya ha llenado nuestro corazón de ansiedad. El camino bajo nuestros pies aún no se ha comenzado a recorrer, y nuestra energía ya se ha agotado en fantasías. Lo que llamamos dificultades son, en realidad, cárceles que nosotros mismos hemos tejido con nuestros pensamientos, que atrapan la vitalidad de este momento y bloquean la posibilidad de avanzar.
La verdadera claridad no consiste en ensayar en la mente millones de posibilidades, sino en mantener el corazón en cada "ahora". Lo que puede salvarte no es la ansiedad por el futuro, sino la certeza en el presente. Lo que te permite sentirte a gusto no son las miradas de los demás, sino la reconciliación contigo mismo.
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Sobrepensar el futuro es lo mismo que matar el yo del presente.
Las palabras aún no han salido, pero ya se han representado miles de veces; el cuerpo no se ha movido, pero en el corazón ya se han superado montañas. No se ha logrado, la ilusión del sufrimiento y la tristeza no se despliega. Las cosas ya han terminado, pero el pasado sigue actuándose en la mente. Nacemos para alegrarnos a nosotros mismos, y no para estar atrapados por los demás. Las mil penurias que representas en tu mente son solo ilusiones que nunca sucedieron; lo que crees que es una profunda reflexión, en realidad es el uso de la ilusión para agotar el presente.
El "Dao De Jing" dice: "Alcanza lo vacío extremo, mantén la tranquilidad profunda". La preocupación excesiva por el futuro es precisamente una desviación de esta calma vacía; la sombra del futuro aún no se ha formado, pero ya ha llenado nuestro corazón de ansiedad. El camino bajo nuestros pies aún no se ha comenzado a recorrer, y nuestra energía ya se ha agotado en fantasías. Lo que llamamos dificultades son, en realidad, cárceles que nosotros mismos hemos tejido con nuestros pensamientos, que atrapan la vitalidad de este momento y bloquean la posibilidad de avanzar.
La verdadera claridad no consiste en ensayar en la mente millones de posibilidades, sino en mantener el corazón en cada "ahora". Lo que puede salvarte no es la ansiedad por el futuro, sino la certeza en el presente. Lo que te permite sentirte a gusto no son las miradas de los demás, sino la reconciliación contigo mismo.