El fracaso en la inversión a menudo se atribuye a la suerte, pero en realidad, la raíz está en tu percepción. Cuando el mercado sube, la codicia siempre te empuja a perseguir el precio.
Cuando el mercado colapsa, el miedo te obliga a vender a pérdidas para salvarte. No es que no entiendas "comprar bajo y vender alto", sino que siempre te falta el momento adecuado para ejecutarlo.
Los verdaderos expertos no se obsesionan con mirar los gráficos de velas todos los días, sino que entienden la paciencia, se atreven a apostar y son hábiles en esperar.
Si tus emociones siempre son arrastradas por los precios, entonces ya te has convertido en un esclavo del mercado. Para poder dar la vuelta a la situación, es mejor dejar que la razón tome el control de las decisiones y liberarte del ciclo de las cebollas.
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El fracaso en la inversión a menudo se atribuye a la suerte, pero en realidad, la raíz está en tu percepción. Cuando el mercado sube, la codicia siempre te empuja a perseguir el precio.
Cuando el mercado colapsa, el miedo te obliga a vender a pérdidas para salvarte. No es que no entiendas "comprar bajo y vender alto", sino que siempre te falta el momento adecuado para ejecutarlo.
Los verdaderos expertos no se obsesionan con mirar los gráficos de velas todos los días, sino que entienden la paciencia, se atreven a apostar y son hábiles en esperar.
Si tus emociones siempre son arrastradas por los precios, entonces ya te has convertido en un esclavo del mercado. Para poder dar la vuelta a la situación, es mejor dejar que la razón tome el control de las decisiones y liberarte del ciclo de las cebollas.