La nueva ola Web3 en Japón: de la decadencia a la resurrección
Como la tercera economía más grande del mundo, Japón ha enfrentado numerosos desafíos en los últimos años. La repetición de la pandemia de COVID-19, la intensificación de la crisis de deuda y el envejecimiento de la población han llevado a la economía local a una situación difícil. Sin embargo, Japón está tratando de buscar una transformación y un avance a través del emergente campo de Web3.
Al revisar el desarrollo económico de Japón, se puede observar que ha pasado por múltiples rupturas y reestructuraciones. Después de la Segunda Guerra Mundial, Japón se elevó rápidamente gracias a una fuerte intervención administrativa y a las oportunidades que trajo la Guerra de Corea, creando un raro milagro de crecimiento económico. Tras la ruptura de la burbuja económica en la década de 1990, Japón reestructuró su economía a través de la transformación industrial y una estrategia de globalización, consolidando finalmente su posición como la tercera economía más grande del mundo.
Sin embargo, el desempeño de Japón en el ámbito de Internet no es del todo satisfactorio. En 2021, solo una empresa, Rakuten, de Japón figuró entre las 20 mayores empresas de Internet del mundo. Incluso en el ámbito del comercio electrónico, que es un campo tradicional de Internet, el desarrollo de Japón está muy rezagado en comparación con países como China y Estados Unidos. Las razones de esto incluyen factores innatos como un mercado de tamaño limitado y una falta de un ambiente innovador, así como deficiencias adquiridas como haber perdido períodos clave de desarrollo y la falta de tecnologías centrales.
Frente a la desilusión de la era de Internet, el gobierno japonés ha comenzado a poner su atención en el ámbito de Web3. Desde principios de este año, el gobierno japonés ha emitido varias políticas para apoyar el desarrollo de Web3, incluyendo la promulgación de una ley sobre monedas estables y la promoción de aplicaciones de activos digitales. Al mismo tiempo, las ventajas de Japón en áreas como los videojuegos y el anime también coinciden con conceptos emergentes como el metaverso y los NFT.
Impulsada por políticas y el mercado, la ecosistema Web3 de Japón ha comenzado a mostrar un fuerte impulso de desarrollo. A principios de 2022, Japón contaba con 30 intercambios de criptomonedas con licencia de la Agencia de Servicios Financieros, y más de 6 millones de usuarios habían abierto cuentas relacionadas. Varias empresas japonesas reconocidas también están incursionando en el campo de Web3, como Bandai Namco y Sega, que están colaborando en el desarrollo del proyecto de blockchain Oasys. Además, las instituciones de capital de riesgo también están activamente invirtiendo, con SoftBank y SBI aumentando su inversión en empresas de blockchain.
A pesar de que Japón aún enfrenta muchos desafíos en el ámbito de Web3, el apoyo de las políticas gubernamentales y la activa transformación de las empresas sin duda han inyectado un fuerte impulso a su desarrollo futuro. Esta vez, si Japón podrá aprovechar el viento a favor de Web3 para lograr un avance significativo y reconfigurar su posición en la era de la economía digital, aún está por verse.
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SnapshotBot
· 07-09 11:37
Así está, no me gusta.
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BagHolderTillRetire
· 07-08 07:00
La primera ola de Internet fue así aplastada por las nuevas generaciones.
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AirdropHunterKing
· 07-06 17:54
Ya he estado observando este trozo de carne jugosa. ¡Vamos, chicos, prepárense para atacar!
Japón abraza Web3: de la pérdida de Internet a nuevas oportunidades en la economía digital
La nueva ola Web3 en Japón: de la decadencia a la resurrección
Como la tercera economía más grande del mundo, Japón ha enfrentado numerosos desafíos en los últimos años. La repetición de la pandemia de COVID-19, la intensificación de la crisis de deuda y el envejecimiento de la población han llevado a la economía local a una situación difícil. Sin embargo, Japón está tratando de buscar una transformación y un avance a través del emergente campo de Web3.
Al revisar el desarrollo económico de Japón, se puede observar que ha pasado por múltiples rupturas y reestructuraciones. Después de la Segunda Guerra Mundial, Japón se elevó rápidamente gracias a una fuerte intervención administrativa y a las oportunidades que trajo la Guerra de Corea, creando un raro milagro de crecimiento económico. Tras la ruptura de la burbuja económica en la década de 1990, Japón reestructuró su economía a través de la transformación industrial y una estrategia de globalización, consolidando finalmente su posición como la tercera economía más grande del mundo.
Sin embargo, el desempeño de Japón en el ámbito de Internet no es del todo satisfactorio. En 2021, solo una empresa, Rakuten, de Japón figuró entre las 20 mayores empresas de Internet del mundo. Incluso en el ámbito del comercio electrónico, que es un campo tradicional de Internet, el desarrollo de Japón está muy rezagado en comparación con países como China y Estados Unidos. Las razones de esto incluyen factores innatos como un mercado de tamaño limitado y una falta de un ambiente innovador, así como deficiencias adquiridas como haber perdido períodos clave de desarrollo y la falta de tecnologías centrales.
Frente a la desilusión de la era de Internet, el gobierno japonés ha comenzado a poner su atención en el ámbito de Web3. Desde principios de este año, el gobierno japonés ha emitido varias políticas para apoyar el desarrollo de Web3, incluyendo la promulgación de una ley sobre monedas estables y la promoción de aplicaciones de activos digitales. Al mismo tiempo, las ventajas de Japón en áreas como los videojuegos y el anime también coinciden con conceptos emergentes como el metaverso y los NFT.
Impulsada por políticas y el mercado, la ecosistema Web3 de Japón ha comenzado a mostrar un fuerte impulso de desarrollo. A principios de 2022, Japón contaba con 30 intercambios de criptomonedas con licencia de la Agencia de Servicios Financieros, y más de 6 millones de usuarios habían abierto cuentas relacionadas. Varias empresas japonesas reconocidas también están incursionando en el campo de Web3, como Bandai Namco y Sega, que están colaborando en el desarrollo del proyecto de blockchain Oasys. Además, las instituciones de capital de riesgo también están activamente invirtiendo, con SoftBank y SBI aumentando su inversión en empresas de blockchain.
A pesar de que Japón aún enfrenta muchos desafíos en el ámbito de Web3, el apoyo de las políticas gubernamentales y la activa transformación de las empresas sin duda han inyectado un fuerte impulso a su desarrollo futuro. Esta vez, si Japón podrá aprovechar el viento a favor de Web3 para lograr un avance significativo y reconfigurar su posición en la era de la economía digital, aún está por verse.